En estos días, tanto el arte como la tecnología, se encuentran considerablemente en nuestra vida; el arte nos sensibiliza llevándonos a una dichosa cuarentena voluntaria donde la libertad impulsa a la inspiración y esta genera alguna obra, idea o concepto, producto del trabajo con nuestros sentidos. Por otro lado, la tecnología hace que todo sea más fácil, disipando distancias, convirtiendo al mundo en una aldea, donde nada ni nadie está lejos, donde toda información está al alcance.
El arte es una forma diferente de ver y hacer las cosas, quizá con un poco más de sensibilidad; al igual que la tecnología, es una forma de expresión, ambos buscan abrir nuevos caminos paralelos, pero esta separación tiene un punto de unión que se plasma en nuevas ideas vanguardistas.
El arte tiene muchos seguidores que (a quienes) no les interesa absolutamente nada de tecnología, ya que muchas veces el arte es visto como antagonista; la tecnología busca algo muy elaborado y sistematizado que produzca la anhelada simplicidad para el ser humano.
Hoy podemos ver que no hablamos de polos opuestos y que como para un cuerpo es básico la unión con el alma o como para una marca es imprescindible el concepto de” lovemarks “, ya estamos siendo testigos de esta fusión de arte y tecnología para sacar un mayor provecho de ambos, creando así un arte tecnológico o por decirlo con otras palabras una tecnología artística, es lo que pienso quizá cambie o pula mi parecer con el tiempo.
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